Tanto la paleontología, la arqueología como la genética y la climatología nos permiten entender mejor el periodo de la prehistoria: la colonización de la tierra por varias especies del género homo y luego la revolución neolítica que siguió a la invención de la agricultura y la sedentarización de homo sapiens
Hace aproximadamente dos millones de años, los primeros grupos del género homo salieron de África y llegaron a gran parte de Eurasia meridional. A su vez, hace dos cientos mil años, Homo sapiens partió de la cuna africana y salió a colonizar el mundo.
El Homo sapiens salió de África y migró hacia el Este recorriendo las regiones meridionales de Asia. Hace aproximadamente sesenta mil años llegó a Sahul, nombre que se le dio al bloque continental formado, en esa época, por Australia, Nueva Guinea y Tasmania.
La presencia de Homo sapiens en Siberia oriental se atesta desde hace por lo menos 35 000 años. En esa época, el nivel del mar era bajo, por lo que una franja de tierra, la Beringia, conectaba el continente eurasiático con el continente americano. Varias oleadas de cazadores-recolectores recorrieron esta región, persiguiendo rebaños de grandes herbívoros como el caribú o el mamut.
Tras la última glaciación, al calentarse el clima, algunos grupos de cazadores- recolectores se asentaron y comenzaron a domesticar la naturaleza. Cultivaron plantas que ya comían en el estado salvaje y criaron ciertos animales que ya cazaban.
La difusión de la revolución neolítica en Europa tuvo su origen en la migración hacia el Oeste de los agricultores del Oriente Medio. La cronología de este movimiento migratorio es conocida gracias a una gran cantidad de yacimientos arqueológicos que han sido estudiados en toda Europa.