Terminado el conflicto, el Ejército Rojo está presente en los países de Europa central. Stalin, en inmejorable posición, lleva una política expansionista y sostiene a los partidos comunistas que no tardan en adueñarse del poder. Es el caso en el transcurso de 1945 en Yugoslavia, 1946en Bulgaria y Albania,1947 en Polonia y Rumanía, 1948 en Checoslovaquia y 1949 en Hungría y en la Repblica Democrática Alemana.
Por el contrario, en Grecia, la guerra civil que enfrenta a la rebelión comunista con el poder monárquico, termina con la victoria de éste último.
Frente a la amenaza soviética, el presidente de los Estados Unidos, Truman, pone en práctica una política de contención del comunismo y propone, en junio de 1947, una ayuda financiera para acelerar la reconstrucción y la estabilización de Europa. Dieciséis países aceptan la ayuda del Plan Marshall, mientras que la URSS obliga a sus países satélites a rechazarla.
La ilusión de un mundo democrático y pacífico se ve, desde luego, rápidamente defraudada. La guerra fría que atenaza Europa no tarda en oponer a dos bloques antagonistas encabezados por la URSS y los Estados Unidos. La parte occidental de Europa, democrática y capitalista, se integra en el bando atlantista representado militarmente por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y la parte oriental, totalitaria y socialista, lo hace en el bando soviético, y militarmente estructurada por el Pacto de Varsovia.
Del Báltico al Mediterráneo se yergue una «cortina de hierro».
Simultáneamente, los imperios coloniales europeos, seriamente quebrantados por las consecuencias de la guerra y la voluntad de emancipación de los pueblos colonizados, son poco a poco desmantelados.
Durante el periodo de la guerra fría, el deseo de las democracias populares de emanciparse de la tutela de la URSS se traduce en una serie de crisis que sacuden fuertemente el bloque de países del este.
Al oeste, con el fin de evitar cualquier veleidad de retorno a la guerra entre sí y para hacer frente al peligro comunista, seis países: República Federal Alemana, Francia, Italia, Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos, fundan en 1951 la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), y más tarde, en 1957, firman en Roma un tratado que crea un mercado común, la Comunidad Económica Europea (CEE).
En 1973 tiene lugar la primera ampliación de esta Comunidad Económica a la cual se unen el Reino Unido, Irlanda y Dinamarca.
El fin del régimen de los coroneles en Grecia en 1974, la «Revolución de los claveles» en Portugal el mismo año, y la muerte de Franco en España el año siguiente, marcan la desaparición de las dictaduras de extrema derecha del continente y la democratización de la Europa meridional.
La CEE va integrando gradualmente a estas nuevas democracias del sur: Grecia se adhiere en 1981, España y Portugal en 1986.
Tras un rebrote de tensión entre los dos bloques a partir de 1975, el bando soviético queda bastante debilitado a causa de sus fracasos económicos. Mijaíl Gorbachov llega al poder en la URSS en 1985 y trata entonces de reformar el sistema comunista, pero las reformas aceleran su descomposición y estimulan la voluntad de emancipación de los pueblos de Europa del este.
Los regímenes comunistas son derrocados, la mayor parte de las veces de manera pacífica entre 1989 y 1990: en Polonia, en Alemania del este (donde el Muro de Berlín cae el 9 de noviembre de 1989), en Hungría, en Checoslovaquia, y de forma un poco más confusa en Rumanía y Bulgaria.
En noviembre de 1990tiene lugar la reunificación de Alemania.
Finalmente, la caída del comunismo en la URSS en diciembre de 1991, ratifica el fin de la guerra fría y la división de Europa.