Un ejemplo de un mapa animado

La construcción del muro de Berlín


Durante el periodo a continuación de la guerra, las dificultades económicas y el rechazo del régimen comunista impelen a numerosos alemanes del este a huir hacia la República Federal de Alemania.

Como la frontera entre las dos Alemanias es impenetrable gracias a una «cortina de hierro» que impide la circulación de bienes y de personas, Berlín Oeste, un pedazo de territorio de la RFA en el centro de la RDA, constituye la puerta de entrada al mundo libre.

Entre 1949 y 1961 se calcula que tres millones y medio de personas pasaron al oeste. Para la RDA y Moscú, es apremiante parar esta hemorragia demográfica y acallar la repulsa que supone para el bloque comunista.

En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, bajo la vigilancia de millares de soldados, se instalan rejas y alambradas de espino o púas alrededor de la parte oeste de la ciudad. En las semanas siguientes se construye un muro de una longitud de 155 km que corta la ciudad en dos y aísla totalmente Berlín Oeste del territorio de la RDA.

En adelante quedan suprimidas las innumerables posibilidades de circulación entre las dos partes de la ciudad, salvo 8 puntos de paso, estrictamente controlados por guardias  militares. 

Para una parte de los berlineses la situación es trágica, 75 000 de ellos pierden su empleo y numerosas familias quedan separadas.

Dado que este evento se produce en pleno periodo de vacaciones, la reacción de los dirigentes internacionales tarda a venir.

La primera protesta proviene del alcalde de Berlín Oeste, Willy Brandt, quien organiza el 16 de agosto de 1961 una manifestación de cerca de 300 000 personas en la plaza del Ayuntamiento de Berlín Oeste.

En junio de 1963  John F. Kennedy, presidente de los Estados Unidos, viene a Berlín a denunciar un régimen «obligado a encerrar a su población para que no huyan» y a afirmar su solidaridad con los habitantes de la ciudad pronunciando la célebre frase «Ich bin ein Berliner»  ([Yo] soy berlinés).

Lejos de desaparecer, el muro es modificado mediante añadidos sucesivos. A partir de 1974, toma su forma definitiva. Ahora tenemos un primer muro de hormigón de 3,60 metros de altura, una amplia zona de acceso prohibido dotada de miradores, un camino de rondas para las patrullas, y una barrera electrificada con sistemas de alarma. Esta zona, a su vez, está cerrada del lado RDA por un segundo muro.

Pese a los riesgos corridos, las tentativas de evasión hacia el oeste han sido numerosas entre 1961 hasta la caída del muro en 1989.

Existe una gran incertidumbre sobre el número de muertos, la evaluación mínima habla de 136 personas muertas. Durante el mismo periodo, cerca de 75 000  personas acusadas de ser «desertores de la República» son condenadas a penas de prisión en RDA.